26 de octubre de 2009
VIAJE AL CENTRO DE TI MISMO
Este es un día hermoso y muy especial: es el primer día del resto del tiempo que te queda de vida; un día en que puedes, si así lo quieres, hacer un viaje maravilloso a una tierra desconocida: un viaje hacia el centro de ti mismo.
¿Te gusta observar a los demás? Mirar a los otros y otras es importante; pero lo es más quedarte quieto ahí donde estás, cerrar los ojos si así lo prefieres y observar al ser humano más interesante de todos, a ti mismo.
Tranquilo, no te preocupes por lo que ocurra “dentro de un rato”, disfruta y concéntrate en el “ahora”. Tampoco te detengas a llorar sentado ahí, sobre las ruinas de lo que fue; construye a partir de hoy las bases de lo que será.
Escucha: quien busca la felicidad fuera de si, la busca en el sitio equivocado, de ahí la importancia del transitar con frecuencia por los senderos de tu yo.
Claro, hay gente que está convencida de que la felicidad está en los otros, en las cosas o en el dinero. Pero ¿qué pasará con ellas cuando las abandonan “esos otros”, se les deterioren “las cosas” y se les acabe “el dinero”?
Así, la felicidad verdadera está en ti, es aquella que te nace de adentro, del alma, y que no depende de motivaciones externas.
Piensa: “nada de lo que hay fuera de mi está tan cerca de mi que yo mismo”; aún el mundo externo depende de este, que es mi yo interno para ser comprendido. Si mi yo interno se altera o desaparece, también desaparecerá mi mundo externo.
Entonces, piensa: “si mi yo interno es tan importante... ¿por qué le doy más importancia a lo que sucede fuera de mi, que a lo que hay dentro de mi? Es más real, cercano e importante lo que hay dentro de mi, que toda esa realidad que me circunda y me abruma”.
Si tuvieras suficiente dinero quizá podrías comprarte una mansión y un Ferrari; pero por más que lo intentes nunca podrías integrarlos a ti, ni lograr que tu yo interno sea uno con ellos.
La respuesta a muchas preguntas, la brújula de tu vida está dentro y no fuera de ti. Por supuesto, meditar en ti requiere de tiempo, por eso te vuelves cada día más irreflexivo, porque no tienes tiempo y debes pensar y actuar sobre la marcha.
En un mundo sin tiempo la gente está ocupada o está cansada y en ambos casos, con pocos deseos de pensar. La vida cotidiana está llena de distractores que te roban el tiempo y te inducen a salirte de ti.
Quizá te haga falta un balance, necesitas estar más contigo mismo. La vida diaria consiste en una búsqueda obsesiva de ese balance. Esa es nuestra gran necesidad.
Estudios científicos, realizados con distintos grupos de personas que mantienen una actitud positiva y reflexiva, demuestran que son gente más dinámica emprendedora, con un estado de salud superior y con mucha más alegría que los negativos e impacientes.
Por eso, cuando la oscuridad del desaliento asalte tu alma, piensa que allá en lo alto, por encima de toda nube, brilla el sol, y que cuando éste se marche, llegarán las estrellas por millares, y es así como todo estado de la naturaleza encierra en sí mismo su propio regocijo.
Aparta entonces las sombras que empañan tu pensamiento porque hoy, para alegría tuya, puedes empezar de nuevo. Este es el mejor día de tu vida.
Luis Fernando Mata
21 de octubre de 2009
¿PLÁKATA?
CREO QUE YA ES HORA DE EXPLICAR DE DÓNDE SALIÓ EL EXTRAÑO NOMBRE DE ESTE BLOG. SU HISTORIA ES LA SIGUIENTE Y EMPIEZA EN EL 2.006, CUANDO REINGRESO A LA UNIVERSIDAD DE COSTA RICA A UNOS CURSOS DE REFRESCAMIENTO.
Como un niño al descubrir lo novedoso, así me sentí el día en que pude, con mano propia, abrir mi blog “PLÁKATA”, nombre único en el mundo de los "blogs" y que en Costa Rica está inspirado en una onomatopeya, es decir en la imitación del sonido de la caída de algo.
“!PLAKATA!, decíamos en tono irónico y burlesco, cuando a un colega del diario LA NACIÓN se le subían los humos, lo oíamos de repente decir al hablar por teléfono: “DIGA LE AL SEÑOR MINISTRO QUE SE PREPARE BIEN, PORQUE VA PARA ALLA EL PERIODISTA DE LA NACIÓN”.
Al escuchar semejante yeguada, todos sonreíamos y a coro gritábamos: "PLÁKATA¡ A ESE MINISTRO DE SEGURO LE ESTÁN ADMINISTRANDO LOS PRIMEROS AUXILIOS".
PLAKATA es, digámoslo así, la versión tica del “!PLOP!” de Condorito, para dar a entender que alguien dijo alguna tontería.
Por un tiempo creí que la palabra "PLÁKATA" no existía en ninguna parte o no iba más allá de un giro del habla popular tica; pero luego me enteré de que "PLAKATA", así, sin tilde, es una palabra que en idioma polaco quiere decir "CARTEL". (¡Ay carajo!, pero referido a "rótulo" y no a los llamados "Cártel" de los narcos.
Desde un principio vi en Plákata un micro proyecto interactivo con el que había soñado por mucho tiempo, una plataforma ideal para dar a conocer artículos que nunca vieron la luz, y que fueron rechazados o despreciados en su oportunidad.
Hoy día PLÁKATA tiene una única razón de ser: servir de humilde ejemplo a mis estudiantes de PERIODISMO y RELACIONES PÚBLICA en la U. INTERAMERICANA y en la UIA.
Un día de tantos, a mediados del 2.006 me froté las manos y empecé con mi blog. Al principio sólo podía subir textos, luego, a los días mi hijo mayor me explicó la forma de subir ilustraciones y fotos; pero lo admito, aún no se muchas cosas, como subir un vídeo ni hacer una grabación a semejanza de la radio, de esos llamados "podcast".
Viera usted la satisfacción y felicidad que sentí cuando, meses después, observé en el contador la llegada de las primeras visitas a mi blog. Gradias a Dios que hasta la fecha mis visitantes han sido indulgentes en sus apreciaciones. Creo que en eso el contador es un recurso muy importante, porque hace las veces de báscula, que permite medir la eficacia de la dieta.
Sólo Dios lo sabe; pero pienso que la solución al desempleo en el campo periodístico podría estar en el ejercicio del periodismo digital, es decir en los blogs y en las páginas web formales. Claro está, utilizando en ellas las últimas técnicas que existen en dicha especialidad.
De lo que si estoy seguro, es que los blogs tienen plena capacidad para ponernos a hacer algo cuando nos sobra el tiempo y deseamos entretenernos, sin por ello sentir cargo alguno de conciencia.
Como un niño al descubrir lo novedoso, así me sentí el día en que pude, con mano propia, abrir mi blog “PLÁKATA”, nombre único en el mundo de los "blogs" y que en Costa Rica está inspirado en una onomatopeya, es decir en la imitación del sonido de la caída de algo.
“!PLAKATA!, decíamos en tono irónico y burlesco, cuando a un colega del diario LA NACIÓN se le subían los humos, lo oíamos de repente decir al hablar por teléfono: “DIGA LE AL SEÑOR MINISTRO QUE SE PREPARE BIEN, PORQUE VA PARA ALLA EL PERIODISTA DE LA NACIÓN”.
Al escuchar semejante yeguada, todos sonreíamos y a coro gritábamos: "PLÁKATA¡ A ESE MINISTRO DE SEGURO LE ESTÁN ADMINISTRANDO LOS PRIMEROS AUXILIOS".
PLAKATA es, digámoslo así, la versión tica del “!PLOP!” de Condorito, para dar a entender que alguien dijo alguna tontería.
Por un tiempo creí que la palabra "PLÁKATA" no existía en ninguna parte o no iba más allá de un giro del habla popular tica; pero luego me enteré de que "PLAKATA", así, sin tilde, es una palabra que en idioma polaco quiere decir "CARTEL". (¡Ay carajo!, pero referido a "rótulo" y no a los llamados "Cártel" de los narcos.
Desde un principio vi en Plákata un micro proyecto interactivo con el que había soñado por mucho tiempo, una plataforma ideal para dar a conocer artículos que nunca vieron la luz, y que fueron rechazados o despreciados en su oportunidad.
Hoy día PLÁKATA tiene una única razón de ser: servir de humilde ejemplo a mis estudiantes de PERIODISMO y RELACIONES PÚBLICA en la U. INTERAMERICANA y en la UIA.
Un día de tantos, a mediados del 2.006 me froté las manos y empecé con mi blog. Al principio sólo podía subir textos, luego, a los días mi hijo mayor me explicó la forma de subir ilustraciones y fotos; pero lo admito, aún no se muchas cosas, como subir un vídeo ni hacer una grabación a semejanza de la radio, de esos llamados "podcast".
Viera usted la satisfacción y felicidad que sentí cuando, meses después, observé en el contador la llegada de las primeras visitas a mi blog. Gradias a Dios que hasta la fecha mis visitantes han sido indulgentes en sus apreciaciones. Creo que en eso el contador es un recurso muy importante, porque hace las veces de báscula, que permite medir la eficacia de la dieta.
Sólo Dios lo sabe; pero pienso que la solución al desempleo en el campo periodístico podría estar en el ejercicio del periodismo digital, es decir en los blogs y en las páginas web formales. Claro está, utilizando en ellas las últimas técnicas que existen en dicha especialidad.
De lo que si estoy seguro, es que los blogs tienen plena capacidad para ponernos a hacer algo cuando nos sobra el tiempo y deseamos entretenernos, sin por ello sentir cargo alguno de conciencia.
15 de octubre de 2009
LADY EN LA CASA DEL SOL NACIENTE
Luis Fernando Mata
Una bailarina colombiana nos narra, paso a paso, su vida en las populosas calles de Nagoya, una ciudad del Japón.
Hay gente que se pasa la vida quejándose: si hace calor hablan; si hace frío también y cuando amanecen sin tema de qué quejarse, no sería raro que se majen un pie al propio, para tener tema de qué hablar.
¡Qué gente por Dios! Nunca hacen un recuento de lo bueno que tienen, sino que se la pasan admirando las ubres de la vaca del vecino, que a su «buen entender», siempre da leche más abundante y de mejor calidad que la propia।
A todas esas personas, que padecen de «quejitis aguditis» les ofrecemos la historia de Lady, una joven que nos visitó una mañana de estas, para regalarnos un trozo de su pasado.
Lady es una chica con cuerpo de niña, sonrisa traviesa y la rodea una especie de nimbo con aroma de violetas, actualmente es bailarina en el Night Club .......
Nació en Medellín, Colombia el 13 de mayo de 19___, hace 22 años y es la mayor de cinco hermanos. Al nacer era gemela con Leyla, otra niña que vivió hasta los 18 años y luego murió del corazón.
La historia de Lady es la misma, en ciertos detalles, de casi todas esas jóvenes que atiborran los clubes nocturnos: padres separados, él agricultor, de esos que intentaron buscar fortuna en la ciudad sin lograrlo, una madre ama de casa y ¿estudios? la primaria y punto.
Su padre, un tipo anticuado, la tenía dominada y amenazada: ¡Nada de novios! y si mantenía amistad con algún muchacho por más de tres meses le agarraba la habladera. De ahí que esta Lady se casa a los 16 años. Pero ¡que bronca en la que se metió!
Vida infernal
Desde nuestro escritorio, y sin quitar las manos del teclado nos ponemos a observar a esta chica, por más que se esfuerza en sonreír su mirada es profunda y triste, de ahí que toma aliento para continuar la fluidez de su relato.
«Esa relación duró ocho meses. Era supermalo, un guerrillero. Me dio una vida de perros, llegaba borracho, me maltrataba, pasé hambres a su lado.
«Ahora tengo un hijo de un año, está en Colombia, pero no es de él. Lo cuidan sus abuelos paternos.
«Cuando lo dejé a él o me le volé, me fui a trabajar de doméstica en una casa de familia por tres meses, después cometí el error de ir a visitar a mi papá y me encontré a la vuelta de una esquina. Me dijo que volviéramos, de lo contrario me mataría.
-¿Qué hiciste?
-Le dije que si, que volvería, pero me le escapé de nuevo. Yo estaba en Japón cuando supe que lo mataron por andar con la guerrilla.
-¿Te pusiste triste?
- No. Hasta me alegré.
-¿Y qué pasó luego?
-Una señora me dijo que había una conexión para irse a trabajar a Japón. En eso vino de allá una sobrina mía que hasta casada está con un japonés, ella me dijo que me fuera con ella a cuidarle los hijos, que me pagaba bien.
-¿Y cumplió de veras?
- No. Acá me trató muy bien, pero cuando llegamos allá se transformó, me dijo que tenía que irme a trabajar a la calle que tenía que pagarle 35 mil dólares por haberme llevado, y que si no se los pagaba que iba a matarme la familia, que no le importaba que fuera la sangre de ella.
A la calle
Me puse a trabajar en la calle, con clientes, así trabajé por cinco meses y me fui a vivir con otras chicas que ella llevaba allá también. Ella era una pieza en la trata de blancas. En Colombia esa actividad es un delito.
-¿Recordás a tu primer cliente?
-Si. Fue horrible. Ella me dio un papelito con unas palabras en japonés para que las dijera en el momento oportuno. Luego me llevó para una ciudad que se llama Nagoya, muy linda, quizá la más linda del Japón.
Nagoya es la tercera ciudad en importancia en el Japón, tiene más de dos millones de habitantes
Me dejó en una calle que se llama Nayabashi y ahí me presentó a unas colombianas y me dijo que ellas también me enseñarían qué hacer.
¿Qué hará Lady en tales circunstancias?, ¿Volverá a Colombia?, ¿Se vendrá de inmediato a Costa Rica?, ¿Un nuevo amor la sacará de penas?
No se pierda los entretelones ... Lady en la CASA DEL SOL NACIENTE. (Continuará...)
Una bailarina colombiana nos narra, paso a paso, su vida en las populosas calles de Nagoya, una ciudad del Japón.
Hay gente que se pasa la vida quejándose: si hace calor hablan; si hace frío también y cuando amanecen sin tema de qué quejarse, no sería raro que se majen un pie al propio, para tener tema de qué hablar.
¡Qué gente por Dios! Nunca hacen un recuento de lo bueno que tienen, sino que se la pasan admirando las ubres de la vaca del vecino, que a su «buen entender», siempre da leche más abundante y de mejor calidad que la propia।
A todas esas personas, que padecen de «quejitis aguditis» les ofrecemos la historia de Lady, una joven que nos visitó una mañana de estas, para regalarnos un trozo de su pasado.
Lady es una chica con cuerpo de niña, sonrisa traviesa y la rodea una especie de nimbo con aroma de violetas, actualmente es bailarina en el Night Club .......
Nació en Medellín, Colombia el 13 de mayo de 19___, hace 22 años y es la mayor de cinco hermanos. Al nacer era gemela con Leyla, otra niña que vivió hasta los 18 años y luego murió del corazón.
La historia de Lady es la misma, en ciertos detalles, de casi todas esas jóvenes que atiborran los clubes nocturnos: padres separados, él agricultor, de esos que intentaron buscar fortuna en la ciudad sin lograrlo, una madre ama de casa y ¿estudios? la primaria y punto.
Su padre, un tipo anticuado, la tenía dominada y amenazada: ¡Nada de novios! y si mantenía amistad con algún muchacho por más de tres meses le agarraba la habladera. De ahí que esta Lady se casa a los 16 años. Pero ¡que bronca en la que se metió!
Vida infernal
Desde nuestro escritorio, y sin quitar las manos del teclado nos ponemos a observar a esta chica, por más que se esfuerza en sonreír su mirada es profunda y triste, de ahí que toma aliento para continuar la fluidez de su relato.
«Esa relación duró ocho meses. Era supermalo, un guerrillero. Me dio una vida de perros, llegaba borracho, me maltrataba, pasé hambres a su lado.
«Ahora tengo un hijo de un año, está en Colombia, pero no es de él. Lo cuidan sus abuelos paternos.
«Cuando lo dejé a él o me le volé, me fui a trabajar de doméstica en una casa de familia por tres meses, después cometí el error de ir a visitar a mi papá y me encontré a la vuelta de una esquina. Me dijo que volviéramos, de lo contrario me mataría.
-¿Qué hiciste?
-Le dije que si, que volvería, pero me le escapé de nuevo. Yo estaba en Japón cuando supe que lo mataron por andar con la guerrilla.
-¿Te pusiste triste?
- No. Hasta me alegré.
-¿Y qué pasó luego?
-Una señora me dijo que había una conexión para irse a trabajar a Japón. En eso vino de allá una sobrina mía que hasta casada está con un japonés, ella me dijo que me fuera con ella a cuidarle los hijos, que me pagaba bien.
-¿Y cumplió de veras?
- No. Acá me trató muy bien, pero cuando llegamos allá se transformó, me dijo que tenía que irme a trabajar a la calle que tenía que pagarle 35 mil dólares por haberme llevado, y que si no se los pagaba que iba a matarme la familia, que no le importaba que fuera la sangre de ella.
A la calle
Me puse a trabajar en la calle, con clientes, así trabajé por cinco meses y me fui a vivir con otras chicas que ella llevaba allá también. Ella era una pieza en la trata de blancas. En Colombia esa actividad es un delito.
-¿Recordás a tu primer cliente?
-Si. Fue horrible. Ella me dio un papelito con unas palabras en japonés para que las dijera en el momento oportuno. Luego me llevó para una ciudad que se llama Nagoya, muy linda, quizá la más linda del Japón.
Nagoya es la tercera ciudad en importancia en el Japón, tiene más de dos millones de habitantes
Me dejó en una calle que se llama Nayabashi y ahí me presentó a unas colombianas y me dijo que ellas también me enseñarían qué hacer.
¿Qué hará Lady en tales circunstancias?, ¿Volverá a Colombia?, ¿Se vendrá de inmediato a Costa Rica?, ¿Un nuevo amor la sacará de penas?
No se pierda los entretelones ... Lady en la CASA DEL SOL NACIENTE. (Continuará...)
PERDONE, PERO NO SOPORTO (2)
Segunda Parte
Mientras me acomodaba en el antiguo rincón de Tranquilino observé con sorpresa varias hojas de cuaderno, cuidadosamente dobladas en el fondo de una de las gavetas.
Al ver la escritura el corazón me dio un vuelco: era la letra del fallecido. Salí corriendo con la carta hasta donde nuestro jefe, quien, a petición de todos, dio lectura al escrito que decía lo siguiente:
“Yo, Tranquilino Cocoduro, mayor, soltero, a manera de despedida de todos aquellos con quienes compartí en la oficina, me permito manifestar lo siguiente: decidí terminar con una vida llena de situaciones que, como verán...PERDONEN, PERO NO LAS SOPORTO.
NO SOPORTO a todos esos compañeros de la oficina que le dicen a todo “no se puede”, “no se”, “no tengo” y “no hay”. Para esos minusválidos de la acción, que ven todo como imposible nada les será posible... salvo el ir a cambiar el cheque del sueldo.
NO SOPORTO a la gente maleducada, que se mete a los ascensores, sin esperar a que salgan los que están dentro.
NO SOPORTO a los compañeros que ya a las 9 de la mañana deambulan por los pasillos con un percolador en la mano y a esos mismos, que faltando diez minutos para la salida, ya están haciendo fila ante el reloj marcador.
NO SOPORTO a los que estornudan una vez y, de inmediato, salen corriendo al Seguro para que los incapaciten.
NO SOPORTO a los que se “cuelan” en las filas de los buses, ante la mirada tolerante de todos.
NO SOPORTO. A los que te piden “un cigarrito, luego un fosforito y termino prestándoles el zapato para que apaguen la chinga en el suelo.
NO SOPORTO a esas mujeres, compañeras, que planean un té, piden de requisito un plato de bocas y una vez iniciada la fiesta, se quedan mirando con tristeza la comida, alegando que no pueden comer por estar a dieta.
NO SOPORTO a quienes hablan de ir a un “pijama party”, en vez de admitir que lo que quieren es irse a dormir a la vecindad. O a los que hablan de “baby shower”, en vez de “un té de canastilla”.
NO SOPORTO a quienes se regocijan o entristecen con esa tonta aritmética del fútbol “ganamos 3 a 1” o “perdimos 1 a 0” “y ahora qué haremos, no podremos ir al Mundial”.
NO SOPORTO a quienes yo para ayudarlos les decía “mirá, tomá estos mil pesos” y ellos con toda frescura respondían: “no jodás, echámelos a la bolsa”.
NO SOPORTO esas raras contradicciones de la vida: al ejecutivo muy orondo que camina por las aceras, vistiendo un calientísimo traje entero, luego llega a la oficina, se quita el saco y, de seguido, conecta el aire acondicionado. Es decir, se desviste con el frío y se cobija bien cuando hay sol...
“Hasta aquí voy a leerles la carta de Tranquilino”, nos dijo don Severo, “porque es tan larga que pasaríamos en eso el resto del día y hay que seguir trabajando”.
-Jefe, parece que todos le caíamos mal a Tranquilino, dijo Pancracio, el encargado de limpieza.
-Puta, mandagüevo, no aguantaba ni que habláramos de fútbol. –apuntó Hipólito, el subjefe-.
-Hay, tan hipocritón Tranquilino. Si nos hubiera hablado con franqueza se habría desahogado y no habría terminado así. –agregó Vinita, nuestra secretaria-
Don Severo, que escuchaba a todos muy atento, se puso de pie y nos dijo:
-Miren, aunque tiene mucho de cierto esa carta, en esta vida debemos de soportarnos unos a otros con paciencia. ¿A dónde iríamos a parar si todos hiciéramos lo mismo que Tranquilino?
Yo, por mi parte, me quedé callado, como dice Tranquilino que hace la gente en la fila de los buses, para no quedar mal con nadie; pero desde entonces no puedo subir a un lugar muy alto de nuestro edificio sin que se me venga a la cabeza algún detalle de aquella carta y...de repente...siento unas ganas tremendas de arrojarme al vacío...
LA MEJOR OPORTUNIDAD
Hoy, mientras acomodaba unas cosas en el comedor, escuché a mamá quejarse de las hormigas: “no hay lugar donde deje el sirope que no lleguen esos bichos; parece como si alguien les avisara”.
Lo de las hormigas me pone a pensar. Es increíble: las hormigas sin teléfono, fax, Internet, cable, ni medios de comunicación, “adivinan” el sitio exacto que les ofrece la mejor oportunidad.
Pienso: “si la miel de las oportunidades existe ¿por qué no llegamos a ella con la misma facilidad que lo hacen las hormigas con el sirope?”.
Es cierto: hay personas que son como las hormigas con la miel; donde están las oportunidades, ahí están ellas, reclamando las suyas.
Lo importante no es tener acceso a muchas oportunidades, porque eso puede crear confusión.
Lo que sí vale la pena es buscar oportunidades de calidad, aquellas que son para nosotros, que valen el esfuerzo por conseguirlas.
Nunca pienses que no hay oportunidades para ti, que se agotaron o que se las dieron a otros.
Nunca creas que como no has encontrado oportunidades ya no las vas a encontrar; al contrario, piensa lo correcto: no has buscado lo suficiente.
Siempre, en todo lugar, habrá oportunidades para ti y para quienes crean que las hay; el problema está en buscarlas como conviene hasta dar con ellas.
En esta vida hay mundos llenos hasta el tope de oportunidades; la red Internet es uno de ellos.
Quien se mete a Internet y se pone a chatear, a curiosear o a buscar juegos, es como el que coge sus oportunidades, las hace un puño y las envía al basurero.
Cierra las puertas de tu mente a la información basura, a esa que te roba el tiempo, los recursos y no te produce nada.
Si te metes a Internet y no encuentras oportunidades, piensa que el problema está en que no buscaste bien. No en la Internet.
Cuántas veces nos sentamos frente a un piano y por más que tocamos todas sus teclas, nuestra ignorancia nos impide arrancar una simple melodía al instrumento. ¿Culparemos por eso al piano?
Recuérdalo bien: Dios no ha cerrado aún la llave de las oportunidades, es la gente en su desesperación por hallarlas, que cree que estas se acabaron.
Ruega a Dios que te dé dirección para llegar hasta donde están tus oportunidades; discernimiento para elegirlas, e inteligencia y sabiduría, para saberlas aprovechar.
4 de octubre de 2009
¡Perdone, pero no soporto!
PRIMERA PARTE...
“¡Juntennn esta cochinadaaaa!” gritó Tranquilino Cocoduro al momento de lanzarse desde la azotea del edificio en donde trabajamos. Al darse la voz de alerta, todos corrimos escaleras abajo, con la esperanza de asegurar un sitio preferencial entre los curiosos. Por su parte, las secretarias no paraban de aullar histéricas y los jefes, trataban en vano de restablecer la calma en sus oficinas.
A tranquilino, o más bien, a lo que quedó de él, lo encontramos tirado en media calle, rodeado de asombrados transeúntes. Una señora yacía desmayada en la acera por la impresión que se llevó.
Alguien, voluntariamente, se hizo cargo de desviar el tránsito y sólo se permitió el paso a un periodista de la televisión, a quien escuché decir en voz baja al camarógrafo: “mae, enfoque bien al occiso desde este ángulo, para que se le vea bien la cara de tortilla. No te olvidés del charco de sangre, de los sesos y de aquella oreja que está a la par del caño”.
Pancracio, un compañero de nuestra oficina, se acercó lo más que pudo al cadáver, en tanto le rogaba al camarógrafo “enfocame a mi también, para que me vea mi abuelita allá en Coyolillo de Chirraca”.
En eso llegaron los investigadores con sus lupas y libretas. Una docena de hombretones despejaron la zona y uno de ellos, con cara de limón agrio, me volvió a ver como si hubiera sido yo quien empujara a Tranquilino. Luego, de un empellón me corrió mientras gritaba: “aquí no venga a estorbar roquito, si no quiere que me lo cargue”.
Luego, mientras recolectaban indicios y metían a nuestro compañero en una bolsa plástica, vendrían los comentarios, las conjeturas que todos nos hacíamos en la oficina; pero, tratándose de alguien como Tranquilino, era muy difícil adivinar las causas que lo obligaron a tomar tan fatal decisión.
Porque Tranquilino, como su nombre lo dice, era un ser pacífico, menudito, responsable en extremo y sobre todo, muy servicial; tenía un amor profundo por todo lo que sonara a rectitud, apego a la ley y sobre todo, a los derechos del prójimo. Desde hacía treinta y cinco años era nuestro compañero de trabajo y aparte de eso, lo único que recordábamos es que vivía solo, allá por Corralillo de Tucurrique.
Ese mismo día, los investigadores cayeron como nube de zancudos en nuestra oficina: revisaron desde el escritorio de Tranquilino, su vieja máquina de escribir Remington, hasta el termito que usaba para traer el almuerzo.
Después que se marcharon, don Severo, nuestro jefe, me ordenó que me trasladara al escritorio de roble del infortunado, para que el mío, bastante comido por el comején, lo llevaran a reparar.
(VER SEGUNDA PARTE...)
“¡Juntennn esta cochinadaaaa!” gritó Tranquilino Cocoduro al momento de lanzarse desde la azotea del edificio en donde trabajamos. Al darse la voz de alerta, todos corrimos escaleras abajo, con la esperanza de asegurar un sitio preferencial entre los curiosos. Por su parte, las secretarias no paraban de aullar histéricas y los jefes, trataban en vano de restablecer la calma en sus oficinas.
A tranquilino, o más bien, a lo que quedó de él, lo encontramos tirado en media calle, rodeado de asombrados transeúntes. Una señora yacía desmayada en la acera por la impresión que se llevó.
Alguien, voluntariamente, se hizo cargo de desviar el tránsito y sólo se permitió el paso a un periodista de la televisión, a quien escuché decir en voz baja al camarógrafo: “mae, enfoque bien al occiso desde este ángulo, para que se le vea bien la cara de tortilla. No te olvidés del charco de sangre, de los sesos y de aquella oreja que está a la par del caño”.
Pancracio, un compañero de nuestra oficina, se acercó lo más que pudo al cadáver, en tanto le rogaba al camarógrafo “enfocame a mi también, para que me vea mi abuelita allá en Coyolillo de Chirraca”.
En eso llegaron los investigadores con sus lupas y libretas. Una docena de hombretones despejaron la zona y uno de ellos, con cara de limón agrio, me volvió a ver como si hubiera sido yo quien empujara a Tranquilino. Luego, de un empellón me corrió mientras gritaba: “aquí no venga a estorbar roquito, si no quiere que me lo cargue”.
Luego, mientras recolectaban indicios y metían a nuestro compañero en una bolsa plástica, vendrían los comentarios, las conjeturas que todos nos hacíamos en la oficina; pero, tratándose de alguien como Tranquilino, era muy difícil adivinar las causas que lo obligaron a tomar tan fatal decisión.
Porque Tranquilino, como su nombre lo dice, era un ser pacífico, menudito, responsable en extremo y sobre todo, muy servicial; tenía un amor profundo por todo lo que sonara a rectitud, apego a la ley y sobre todo, a los derechos del prójimo. Desde hacía treinta y cinco años era nuestro compañero de trabajo y aparte de eso, lo único que recordábamos es que vivía solo, allá por Corralillo de Tucurrique.
Ese mismo día, los investigadores cayeron como nube de zancudos en nuestra oficina: revisaron desde el escritorio de Tranquilino, su vieja máquina de escribir Remington, hasta el termito que usaba para traer el almuerzo.
Después que se marcharon, don Severo, nuestro jefe, me ordenó que me trasladara al escritorio de roble del infortunado, para que el mío, bastante comido por el comején, lo llevaran a reparar.
(VER SEGUNDA PARTE...)
1 de octubre de 2009
EL JUEZ BENEVOLENTE
El corrupto saca pecho
ante el Juez Benevolente,
lo deja irse sonriente.
Este Juez Benevolente,
-cuya actitud no comprendo-
se conforma con respuestas como:
"Fue sin querer, queriendo".
La corrupción se robustece
pegada al pecho de la Patria,
mientras el Juez Benevolente
le da "prisión domiciliaria".
Tras el golpe, el delincuente
va tomando más confianza,
porque el Juez Benevolente
deja libre "bajo fianza".
Y si llegara a la cárcel
el maleante y comitiva,
ahí estará el Juez Benevolente
dando "prisión preventiva".
Y mientras persista la duda
de si es narco o es ladrón,
nuestro Juez Benevolente
firmará la excarcelación.
¿Qué diría Juanito Mora?
¿Qué diría el general Cañas?
Sabiendo que el pueblo empobrece
con gente de esta calaña.
Más cuando el pueblo despierte
sin pan, ni luz, ni gasolina,
a muchos de esos corruptos
los va a alcanzar la guillotina.
Y a este Juez Benevolente
del que trata esta historia,
nunca nadie hará estatua
ni quedará de él memoria...
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