En Internet todos estamos juntitos, más no apretados y a la distancia que dicta un simple clic del ratón...
Por: Luis Fernando MATA
Cuando en las aulas universitarias pedimos a los alumnos algún trabajo de práctica o investigación, su primera acción es acudir a la Internet, aún antes de pensar en cualquier otra fuente. ¿Hasta dónde es correcta y sana tal costumbre?
Antes, en escuelas, colegios y universidades, a la llegada de exámenes y trabajos, todos corríamos a entrevistar personas o a las librerías y bibliotecas en busca de libros, documentos y textos para cumplir con lo asignado.
Con Internet la búsqueda se ha simplificado, al punto de reducir el esfuerzo al mínimo: nada más ingresas a la red y “google” hace todo lo demás o bien, acceder a la página del personaje o institución y listo.
Cierto, la Internet es eficaz medio para comunicarse y transportar información, algo así como un enorme furgón de doble cabina, que te puede llevar a varios sitios a la vez, o bien, transportar lo que produces.
Pero si no produces nada, ni sabes dónde ir, la Internet hará lo de cualquier bus que tomes sin fijarte: te llevará a cualquier parte, incluso a aquella a la que no querías ir o bien, no te llevará a ningún lado.
La Internet como fuente
Antes los hijos cogían sus mochilas, dejaban a sus padres y se iban a recorrer el mundo. Ahora, para recorrer el mundo, los hijos simplemente se meten a sus habitaciones y, provistos de un buen plato de comida chatarra, se conectan al ordenador.
“Si algo es posible hacerlo de una manera cómoda y fácil, y hacerlo hasta mejor, entonces para qué complicarse tratando con métodos engorrosos y pasados de moda”, nos dicen nuestros hijos y alumnos.
Ante tal argumento, los profesores respondemos, por lo general, que respetamos la evolución de la ciencia y la técnica, pero debemos cuidarnos de no depender completamente, al menos en lo que al periodismo se refiere, de una única y exclusiva fuente informativa.
El “reporteo” moderno, por Internet, es muy válido y útil; pero con frecuencia resulta limitado e insuficiente. La red jamás podrá sustituir los beneficios del contacto directo con las fuentes informativas.
Cuando reporteas, una vez en el “lugar de los hechos”, debes mirar cuidadosamente los sujetos y objetos portadores de la noticia, observarlos con atención, olerlos y, de ser posible, palparlos.
Si te atiendes a rastrear la noticia a partir de –únicamente- lo que dice Internet, estarás recibiendo por lo general información (datos y hechos) de segunda y hasta de tercera mano.
Hasta ahora, la Internet no es capaz de mostrarte todos los ángulos de un accidente, transmitirte el olor a humo y pólvora; quizá no escuches con claridad los gritos de dolor de las víctimas y también te perderás de observar el panorama completo de lo ocurrido.
Como periodista, necesitas llegar hasta donde está la noticia para, una vez allí, observarla, analizarla, palparla y obtener de ella un ángulo lo más próximo posible a la verdad “real” que esperan de ti los lectores, o quienes enciendan el radio o la TV.
Claro, con un par de “clicks” ya tienes lo que acordaron la Presidenta Laura Chinchilla y sus ministros en el Consejo de Gobierno de los días miércoles; pero cómodamente sentado allí, frente a la computadora, nadie te va a conocer físicamente, ni a reconocer como el periodista de tal o cual medio.
Ahora como estudiante y más tarde como periodista, necesitas de ir al “teatro de los acontecimientos” y adherirte a la noticia en directo, con toda la fuerza de tus sentidos. Además, es preciso, en algún momento, que los sujetos de la noticia sepan de ti y puedas establecer nuevos y valiosos contactos, no solamente con la Presidenta y sus ministros, también con secretarias, asesores, otros periodistas y todo aquel que pueda representar una útil fuente informativa.
Así es, con ese par de clicks al ratón y listo: la Internet está ahí, como amorosa madre o como eficiente mesero, sirviéndote en bandeja lo que necesitas, sean textos, fotos, gráficos, mapas, infográficos e ilustraciones.
Pero piensa, antes de caer en esa cómoda actividad, o trampa, ese mismo eficiente sistema es muy posible que también sea consultado por tu competencia, los de la acera de enfrente y entonces es cuando necesitas de algo distinto, diferente y exclusivo, a manera de valor agregado. ¿Qué vas a hacer? ¿Lo mismo que los otros?
Cuidados con la web
La Internet da la sensación de ofrecerlo todo y de saberlo todo; pero eso no es del todo correcto, porque aún está fuera del alcance humano el reproducir la realidad en todos sus múltiples detalles.
Internet sí es una fuente documental muy eficaz y oportuna, rica en antecedentes, que siempre debe consultarse, antes de acudir a las otras fuentes informativas. ¿Para qué? Para no decir lo mismo, para no preguntar lo mismo que otros ya preguntaron.
Pero no debemos caer en la candidez de creer ciegamente lo que nos dice la Internet, por el sólo hecho de que es ella quien lo dice. Si navegas con cuidado y pones atención a lo que buscas, notarás que en la web son frecuentes los equívocos, las imprecisiones, las copias textuales de otros y hasta sobran los que hacen circular toda clase de chismes y rumores sin sentido.
Al igual que sucede con todo en este mundo: la Internet está influida por el relativismo humano, tendencia que nos dice que algo es cierto, hasta que llega otra cosa y lo desmiente o sustituye o bien, que las cosas son lo que son, según se comparen con otras.
Al buscar en la red, siempre debemos tomar en cuenta la existencia de distintas versiones, unas más actualizadas que otras, de un determinado tema, noticia o situación.
Así, la palabra dicha en Internet es digna de anotarse, pero en comparación con otras “ultimas versiones”, que confirman o refutan nuestra investigación; siempre debemos tener claro que lo que encontremos en Internet no necesariamente es ni será la última palabra.
Veamos un caso
Imaginemos que harás una información extensa de doña Laura Chinchilla, la actual Presidenta de la República. Si te quedas sólo con lo que te dice Internet, jamás te enterarás de detalles que sólo personalmente se observan: ¿usa perfume? ¿fuerte o suave? ¿floral, cítrico o neutro?
Al dar la mano a doña Laura, ¿fue su saludo frío o cálido; áspero o suave? ¿Qué opinas de su voz, esa que se oye personalmente y no a través de la televisión? ¿Se le escucha igual que en la TV? ¿Es brillante, cálida, apagada o de tono amistoso?
Internet es útil para un primer contacto con el personaje, te da una especie de “vista previa” con oportunos datos a manera de antecedentes, indispensables para la entrevista; pero jamás sustituye a la entrevista personal o en directo.
Debemos de admitirlo, la realidad virtual no es más que una mala copia de la realidad real y reportear atenidos sólo a Internet, es como hacer una copia de esa mala copia.
Lo que sí nos ofrece, entre muchas otras opciones la web, es el enfoque o puntos de vista que otros dieron a la noticia o información que buscamos.
Ese material te sirve de punto de partida para ensayar un enfoque, con los argumentos que otros te ofrecen, al igual que podemos tomar una foto, de la foto que otro obtuvo “en el sitio” y a plena luz del día.
Pero al igual que ocurre con las copias de cualquier documento, la foto de una foto nunca superará a la original… y quizá ni siquiera la iguale.
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