31 de mayo de 2010

Frases del Periodismo



Frases tomadas de la recopilación “Contra periodistas”, del periodista catalán Màrius Carol.




“El periodista es un ser extraño que se alimenta de noticias. Quiere que haya noticias aunque sean malas. En realidad suelen ser malas”. (Lorenzo Gomis)



“El periodista tiene la sensación, consciente o no, de estar en posesión del monopolio de la verdad”. (Alain Minc)



“Los medios no tienen que rendir cuentas de sus actos a los ciudadanos. Influyen sobre la política por encima de ellos o a través de ellos. De ahí surge la paradoja para la democracia: si tratamos de controlar los medios, acabaremos con la democracia; pero si no lo hacemos, acabarán con ella los medios”. (Alain Touraine)



“El periodista debe escribir a gran velocidad porque si no corre el riesgo de que al llegar al último reglón, ya no tenga actualidad el primero”. (Fernando Fernán Gómez)



“Los redactores-jefes, al igual que todavía hoy muchos periodistas, nunca han sido muy partidarios de perder el tiempo en las aulas estudiando absurdas e impracticables teorías sobre la comunicación. Ellos creen en ellos mismos, en que el periodista nace con la mirada asesina del reportero de raza en los ojos. Y la única formación que necesitan es un jefe experto como él”. (Juan Carlos Laviana)



“El periodismo es la habilidad de vencer el desafío de llenar el espacio”. (Rebecca West)



“Lo peor es cuando has terminado un artículo y la máquina de escribir no aplaude”. (Orson Welles)



“La exactitud es para un periodista lo que la virtud para una dama”. (John Pulitzer)



“La literatura es el arte de escribir algo que va a ser releído; el periodismo, lo que será hojeado una vez”. (Cyril Connolly)



“Es falso que el público no tenga tiempo para leer periódicos, para lo que no lo tiene quizá es para leer lo que le ofrecemos”. (David Lawrence, hijo)



“El periodismo consiste esencialmente en decir “Lord Jones ha muerto” a gente que no sabía que Lord Jones estaba vivo”. (Gilbert K. Chesternon)



“La actualidad no ocurre, se crea. Si no existiesen periodistas, no habría actualidad. Habría sencillamente hechos”. (Cándido)



“La diferencia entre literatura y periodismo es que el periodismo es ilegible y la literatura no se lee”. (Oscar Wilde)



¿El secreto de mis reportajes? Es muy sencillo: yo decido de antemano si será un drama o una comedia. (Oriana Fallaci)



“Nos pasamos casi toda la vida informándonos. Lo que vemos por nosotros mismos es lo de menos. Vivimos sobre el testimonio de otros. El oído es la segunda puerta de la verdad, y la primera de la mentira. La verdad ordinariamente se ve, pero oírla es poco común. Raramente llega pura a nuestros oídos, y menos cuando viene de lejos; porque entonces llega teñida de las pasiones que encuentra por el camino”. (Baltasar Gracián).



“Hay que ser muy, muy tonto o muy, muy cínico para seguir postulando hoy la objetividad informativa”. (José Vidal Beneito)



“Ustedes los periodistas piensan que el Gobierno les miente. Pero no mentimos, realmente no. Sin embargo, cuando ustedes descubren eso, cometen un error aún mayor. Piensan que decimos la verdad”. (Lord Tyrrell)



“La libertad de prensa sólo está garantizada a los propietarios de los diarios”. (A.J. Liebling)



“Tus grandes exclusivas de hoy envuelven el pescado de mañana”. (Walter Lippmann)



“Las conferencias de prensa del Presidente se celebran para conveniencia del Presidente, no de la prensa”. (Bill Moyers)



“Yo desconfío de los periodistas que dicen: “No puedo escribir esto porque la situación del periódico no lo permite”. Quizá sea verdad, pero también es verdad que si tienes una noticia clamorosa no existe director en el mundo que rechace publicarla”. (Carl Berstein)

5 de mayo de 2010

Hay que trabajar desde niños

Cuando yo era pequeñito, menor de 14 años, recuerdo que mis padres me daban un canasto y me enviaban a coger café.

La actividad de coger café la realicé en una micro finca de mi padre y también en otras de vecinos, que producían café para uso personal.

 Irme a coger café fue parte de la educación que recibí y que mi padre creía necesaria para mi. De esa actividad recuerdo lo dulce que saben los granos ya maduros y lo difícil que es quitarse el sucio de las manos luego de la jornada.

Hoy, que vivo solo, le doy gracias a mi tata por esa actitud, porque él también se guindaba un canasto y me daba el ejemplo.

Más tarde, cuando llegué a la escuela, después de las clases debíamos quedarnos haciendo el aseo.  Entre los niños que hacíamos el aseo estaba, ni más ni menos que Franklin Chang Díaz, que era un año mayor y estaba en otro grado.

Si Franklin no hubiera aprendido a hacer el aseo ahí, en la escuela, ninguna empleada habría podido subir hasta allá arriba, donde estaba el trasbordador Columbia, para hacerle la limpieza.

Ahora ningún chiquito hace el aseo en su escuela.  Si los mandas, te acusan ante el PANI o gritan que para eso les pagan a las conserjes.

Estoy convencido de que desde niños se nos debe someter a cierto nivel de esfuerzo y de trabajo; claro, sin pensar en explotarnos ni maltratarnos, sino como una necesaria formación.

No es posible que, si no está la mamá, el niño se muera de hambre, por no saber hacerse ni un sandwinch; no es posible que la madre tenga que andar recogiéndole los regueros y tendiéndole la cama a un muchacho que  ya a los 8 años podría hacerlo.

Por eso estoy en contra de recetar ocio a los niños como terapia, porque la mente ociosa es un taller idóneo para el diablo y sus demonios.